Nació el Padre Eterno y los Siete Evangelios,
los que pronuncian los sacerdotes cuando dicen misas
para que se libren sus hijos de todos sus enemigos;
con los Siete Evangelios sea mi cuerpo y alma sana y salva,
y, junto a la Piedra de Ara,
que fue con la que taparon la Santa Sepultura
donde enterraron a Cristo Nuestro Señor,
y es la que muestran los padres en las Misas,
no habrá enemigo que me alcance,
ni personas que me hieran ni ultrajen.