San José de Calasanz, religioso de siglo XVI sintió que Jesús le llamaba para llevar a cabo una importante tarea, la de educar, preparar y dar estudios, cariño, alimento y cobijo a los niños más desfavorecidos, a los abandonados y huérfanos, y a ello dedicó con entusiasmo y tenacidad su vida y corazón.
Pese a los impedimentos y las dificultades por las que tuvo que pasar, con paciencia, humildad, voluntad y enorme caridad, formó a niños y jóvenes, les dio una educación escolar, familiar y espiritual. Durante casi 50 años se entregó total y exclusivamente a esta muy noble tarea.