Jesús concede bienes y tranquilidad pues no hay bondad tan santa y esplendida como la suya. Llévale en tu corazón noche y día y ten la firme convicción que en nuestra desesperanza podemos acudir ante El pues nunca falla ni abandona.
A través de esta divina y preciosa Imagen de Jesús del Gran Poder se han obrado estupendos prodigios e innumerables milagros y, mediante los favores concedidos, nos ha demostrado que es Padre, protector, hermano, amigo y Señor nuestro.