¡Oh venerable y muy poderoso san Cipriano!
bendito hombre lleno de entrega, claridad e intuición,
que en la tierra fuiste afamado clérigo, prolífico escritor,
y, sobre todo, servicial obispo de la Iglesia del Creador,
danos en estos momentos tu ayuda y tu bendición.
Tú que hoy merecidamente gozas de la Gloria
y en el Cielo, junto a la Trinidad Santa, la Virgen María,
los Patriarcas, los Apóstoles, Ángeles y demás Santos,
rodeas el Trono del Altísimo y gozas de su compañía,
haz que mis rezos y peticiones sean escuchadas,
dame tu protección y regálame uno de tus grandes favores.