Padre amado, Padre
Eterno, Padre misericordioso,
con humildad me
inclino ante tu Gloriosa Majestad
pidiendo tu
auxilio ante la adversidad.
Tú que eres la eterna protección
que nos libra de nuestros enemigos,
Tú que nos salvas
de todo daño, peligro y amenaza,
Tú que eres
nuestra fuerza y defensa
te invoco y pido
tengas compasión de mí.