Bienaventurada santa Inés, gloriosa virgen y mártir,
que aun adolescente diste testimonio de tu gran fe
y consagraste con el martirio tu pureza,
santa amable que, con un corazón limpio y puro,
y con tus grandes sentimientos de caridad y fidelidad,
te entregaste y amaste sin medida al Señor,
te entregaste y amaste sin medida al Señor,
haz que yo no deje de amarle sobre todas las cosas
y sepa entregarme como tú lo hiciste en la tierra;
tú que seguiste fielmente a la Santísima Virgen
y siempre Ella estaba presente en tus oraciones,
danos tu misma fe y esperanza ahora que sufrimos,
míranos desde la Gloria, tiéndenos tus manos
y ayúdanos en nuestras adversidades y tribulaciones.
y ayúdanos en nuestras adversidades y tribulaciones.