Jesús dio la vida por nosotros y desde siempre dirige su mirada hacia nosotros para que no suframos más de lo necesario. Debemos acudir a El buscando nos libre de cualquier mal, nos alumbre con su portentosa Luz y nos conduzca por los rectos caminos.
¡Oh mi buen Jesús! mi Salvador y Redentor,
mi Señor Jesucristo, mi hermano, mi amigo y protector,
te alabo y adoro por ser Pastor misericordioso nuestro,
y te ruego que Tú, desde los más altos Cielos,
puedas abrir tu Sagrado Corazón y me guardes en él
para que sea mi refugio donde nada me pueda dañar.
escucha esta suplica que sale de lo más hondo de mi ser.
Ilumina mi vida para estar lleno-a de tu amor infinito,
ven a mí, mi dueño y Señor, mi esperanza y aliento
y haz que tu Sangre pura, santa y bendita
purifique mi alma de toda vibración negativa y malicia
y me salve, me selle, me lave y limpie
en este momento y en cualquier otra circunstancia.
Te pido humildemente que tu Sangre Preciosísima,
la cual fue derramada en la Cruz por mis pecados,
me cubra todo el cuerpo, de pies a cabeza,
sane y cure cualquier dolor o enfermedad,
y me proteja y libere de todo peligro, accidente o percance
así como de cualquier maldad que altere mi vida
o que me cause sufrimiento y aflicción física o moral.
Señor permite que tu Madre, la Santísima Virgen María,
me cubra con su manto y aleje de mí toda calamidad,
que sus manos estén siempre abiertas hacía mí
y me den consuelo cada vez que me sienta desfallecer,
que sean mi alivio y reposo cuando todo me vaya mal.
y haz que tu Sangre pura, santa y bendita
purifique mi alma de toda vibración negativa y malicia
y me salve, me selle, me lave y limpie
en este momento y en cualquier otra circunstancia.
Te pido humildemente que tu Sangre Preciosísima,
la cual fue derramada en la Cruz por mis pecados,
me cubra todo el cuerpo, de pies a cabeza,
sane y cure cualquier dolor o enfermedad,
y me proteja y libere de todo peligro, accidente o percance
así como de cualquier maldad que altere mi vida
o que me cause sufrimiento y aflicción física o moral.
Señor permite que tu Madre, la Santísima Virgen María,
me cubra con su manto y aleje de mí toda calamidad,
que sus manos estén siempre abiertas hacía mí
y me den consuelo cada vez que me sienta desfallecer,
que sean mi alivio y reposo cuando todo me vaya mal.
Envíame a tus santos Ángeles y benéficos Arcángeles,
que son seres de luz portadores de paz y claridad,
para que allanen y dulcifiquen mis caminos,
que sus fuertes alas me sirvan de escudo protector
y sus flamígeras espadas sean mi mejor defensa.
Oh Jesús que tu ardiente y poderosa Presencia
me preserve del enemigo en todo momento y lugar,
y tu purificadora Sangre aleje de mí los espíritus malignos,
las malas vibraciones, envidias, odios, rencores,
que sean apartadas por siempre de mi vida y entorno
las malas lenguas, egoísmos, injusticias,
hechizos, ataduras, amarres, sortilegios, salaciones,
magia negra, misas negras, brujería, conjuros, mal de ojo,
y otros males y magias que me hacen sentir mal
y son causa de que no alcance la felicidad.
Oh Jesús, lléname de cosas buenas y aleja las malas,
Oh Jesús, lléname de cosas buenas y aleja las malas,
te suplico derrames sobre mí tus favores,
no permitas que la oscuridad se instale en mi vida
no permitas que la oscuridad se instale en mi vida
ayúdame a conseguir el favor tan especial
que con tanta fe y confianza pido en esta oración:
(decir lo que se desea obtener).
Oh Jesús de mi alma, Tú que todo lo puedes
(decir lo que se desea obtener).
Oh Jesús de mi alma, Tú que todo lo puedes
ayúdame a salir de todo lo que preocupa,
derrama sobre mí la abundancia de tu bendición,
que tu Sangre me aleje de los peligros y males de esta vida
y me haga ganar la batalla contra las fuerzas del mal,
que tu Sangre traiga a mi el perdón y la salvación.
Consigue, mi Buen Pastor, mi Maestro y Salvador
Consigue, mi Buen Pastor, mi Maestro y Salvador
que no vuelva a sufrir de esos males,
te suplico que sean alejados y no se vuelvan a dar,
te suplico que sean alejados y no se vuelvan a dar,
y esté libre de todo bajo tu presencia y sombra
hoy y siempre por los siglos de los siglos.
Mi amado Jesús, no te apartes de mí nunca,
Mi amado Jesús, no te apartes de mí nunca,
¡bendíceme, ampárame, protégeme!,
¡límpiame, puríficame, cúbreme, séllame!,
con tu Preciosa Sangre, con tus auxilios y bendiciones
de pies a cabeza, de cabeza a pies.
Así sea. +
Reza tres Padrenuestros, un Avemaría y un Gloria.
Mientras dices la oración no olvides que estás pidiendo ayuda a Nuestro Redentor, por ello reza con gran devoción y confíale tus problemas, Él desea que estemos protegidos de todo mal, tengamos salud y todo nos vaya bien, piensa que no te dejará padecer y te prestará sus santos auxilios cuando se lo pidas.
La oración y los rezos se hacen cinco días seguidos en honor a las cinco Llagas de Cristo Jesús.
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