Entre las advocaciones que ostenta la Virgen María se encuentra la de Divina Pastoras de las Almas. Este nombre se lo otorgó San Isidoro de Sevilla después de tener una visión en la que María Santísima se le apareció como una pastorcilla en el año 1703.
La Virgen se le presento como una joven pastora con un cayado a su lado, y un gran sombrero de paja cayendo sobre sus hombros.
A la mañana siguiente, el sacerdote se dirigió a la tienda de un artista en un barrio de Sevilla, y le explicó su visión; le dio a Miquel de Tovar, el artista, la orden de que se pintara una imagen de Nuestra Señora tal como ella se le había aparecido (al final de la oración está la descripción de la visión y mas información).
A la mañana siguiente, el sacerdote se dirigió a la tienda de un artista en un barrio de Sevilla, y le explicó su visión; le dio a Miquel de Tovar, el artista, la orden de que se pintara una imagen de Nuestra Señora tal como ella se le había aparecido (al final de la oración está la descripción de la visión y mas información).
Después de meses, la pintura se completó. La admiración de los españoles por Nuestra Señora como Divina Pastora se extendió rápidamente y su devoción se difundió por todo el mundo.
ORACIÓN PARA RECUPERAR LA PAREJA
María Divina Pastora de almas,
María, Virgen Pura e Inmaculada,
fuente de ayuda
infalible, excelente Madre nuestra,
acógenos en tus
misericordiosas manos
y danos tu apoyo
en nuestras fatigas y dificultades,
danos fortaleza, ánimo y resguardo
para que nuestros caminos sean cortos y fáciles.
Libéranos de todo
lo que nos gravemente nos aflige
y con tu aliento despeja
nuestras sombras
para que podamos
llegar a la claridad total.
Purísima Madre de Jesús y nuestra,
Purísima Madre de Jesús y nuestra,
dulce y amorosa Pastora
Celestial
que quisiste venir
a nosotros para consolarnos,
hoy con todo
nuestro amor y gratitud te pedimos
nos des la gracia
de andar siempre por los caminos de Dios.
Por tu poderosa intercesión, por tu maternal amor,
Por tu poderosa intercesión, por tu maternal amor,
consigue que nos
veamos libres de las tristezas presentes,
ruega en nuestro nombre al Señor, Padre de generosidad,
para que nos ayude a superar las diferencias y conflictos
y así el amor reine en nuestros hogares.
María Buena Pastora, Madre del Buen Pastor,
María Buena Pastora, Madre del Buen Pastor,
contribuye con tu
bondad para que pueda pasar esta pena,
concédeme
serenidad para no desesperar,
y que tu
comprensión y apoyo me acompañe
para hacer lo
mejor en estos momentos
y pueda conseguir
que mi pareja regrese a mí.
Oh contento y alegría de Cielo y tierra,
Oh contento y alegría de Cielo y tierra,
benigna y dulce
Pastora nuestra,
restaura mi relación amorosa ahora dañada,
disuelve todo lo que nos ha separado,
los celos, las infidelidades, los reproches, las discusiones...,
y asístenos para que sepamos perdonarnos y olvidar
y nos concedamos nuevas oportunidades;
mi vida sin ……. no tiene sentido,
y mi día a día esta vacío y sin alegría,
necesito que mi familia esté de nuevo unida,
haz que …… se dé cuenta y reaccione
para que sea el tiempo de soluciones
y toda inquietud y desasosiego se vayan para siempre.
Obtén que recupere la tranquilidad amorosa en mi vida,
Obtén que recupere la tranquilidad amorosa en mi vida,
ahora llena de
agobios e incertidumbres,
y que encuentre la
forma de salir de estos problemas
que me están
dañando gravemente:
(decir confiando plenamente en la Divina Pastora
(decir confiando plenamente en la Divina Pastora
lo que se desea
conseguir).
Oh amable Señora, Divina paz de nuestras almas,
Oh amable Señora, Divina paz de nuestras almas,
ya que por Ti nos
llegan los beneficios Divinos
te pido una vez más por el poder que tienes ante el Padre
me ayudes y socorras en mis dificultades
y haz que tenga
paciencia y sabiduría para afrontarlas.
Tú Señora mía serás la que ilumine nuestros caminos
Tú Señora mía serás la que ilumine nuestros caminos
para que se cumpla la restauración de nuestro amor,
Tú serás nuestra mejor amiga y consejera
para que nuestra relación sea pura y hermosa como lo fue,
sea completa y duradera, sincera y noble, feliz y armoniosa,
y así nada ni nadie nos podrá destruir ni separar,
pues sé que juntos podemos ser fuertes ante cualquier revés.
Bendita Señora, fiel Pastora de nuestras almas
Bendita Señora, fiel Pastora de nuestras almas
consigue que
disfrutemos de la salud del cuerpo,
la paz de la mente
y la felicidad del corazón
para así crecer en
la fe y el amor de tu Hijo, Jesús.
María gloriosa Pastora, ven a nuestras almas,
María gloriosa Pastora, ven a nuestras almas,
queremos tener a nuestro lado,
y sentir constantemente sobre nosotros,
tu mirada bienhechora y protectora.
Lo suplicamos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.+
Lo suplicamos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
- Después de hacer esta oración debes rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
- Esta oración y los rezos que se indican hay que hacerla tres días seguidos, siete si la petición es muy difícil o imposible.
DESCRIPCIÓN DE LA VISIÓN: "Nuestra Señora", dijo, estaba sentada en una roca debajo de un árbol. Su rostro irradiaba amor divino y tierno. Sobre una túnica roja llevaba una chaquetilla de piel de oveja blanca como la que vestían los pastores; de sus hombros colgaba un manto azul. Un gran sombrero de paja, sostenido por una cinta, colgaba sobre su hombro izquierdo. Cerca de su mano derecha había un cayado de pastores, símbolo del amor y el cuidado que le da a sus hijos. En su mano izquierda sostenía una rosa, mientras que la derecha descansaba sobre la cabeza de un cordero, que había buscado refugio en su regazo. El rebaño de ovejas que la rodeaba llevaba en la boca: la Flor de la Virgen.
Sobre San Isidoro de Sevilla y la Divina Pastora:
Sobre San Isidoro de Sevilla y la Divina Pastora:
San Isidoro nació en una familia rica y noble de Sevilla, en 1662. Era el orgullo de su familia. A los diecinueve años ingresó en la Orden Capuchina. Se ofreció a Nuestra Señora desde la infancia y mucho más después de ingresar a la vida religiosa. Después de completar sus estudios fue enviado a un monasterio en Cádiz. Aquí él con el padre Feliciano erigió pequeños santuarios a Nuestra Señora a lo largo de los caminos. Enseñaron a la gente a cantar el rosario caminando por la calle. Esta costumbre la trajo el padre Isidoro consigo al regresar a Sevilla. En una atmósfera tan mundana como se vivía, fue una sorpresa para todos los habitantes. Personas que se encontraban en las cantinas y tabernas salían de ellas para unirse a él y formar parte del redil o rebaño de María.
Una vez realizada la pintura de la Divina Pastora, prácticamente todas las iglesias reservaron un rincón para Ella, y las pinturas se volvieron tan numerosas que los Padres Capuchinos hicieron una colección de ellas.
En el convento de Sevilla hay hoy un museo dedicado a esta representación única y encantadora de María. En este museo también hay una hermosa estatua tallada por el famoso escultor Francisco Gijón, tan natural y hermosa que parece casi realista. En lugar del sencillo traje de la pastora, la estatua se glorifica con un lujoso vestido de satén blanco. En su cabello oscuro usa un sombrero de paja de ala ancha decorado con grandes margaritas. También hay grabados; medallas, bordados e incluso cordones que dan evidencia de esta devoción generalizada. Los detalles pueden variar en estas obras de arte, pero Nuestra Señora siempre es reconocible por la presencia de un cayado y un sombrero. A veces el sombrero es grande y de paja; en otras ocasiones es de fieltro y forma según los estilos del día, lo que le da una singularidad especial a esta interpretación de la Santísima Madre de Jesucristo como la Divina Pastora de almas.
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