ORACIÓN PARA ROMPER MALDICIONES FAMILIARES, CONJUROS, BRUJERIAS, RUINAS

Esta oración es para eliminar cualquier causa y efecto de las acciones de tus antepasados, para limpiar mediante la Sangre y la misericordia de Cristo las faltas que pudieron haber cometido y que quizá dañen o perjudiquen tu vida y la de los tuyos. 

Oh mi buen Jesús, llena con tu paz y amor mi corazón, 
acude a mí, haz que sienta en mí tu gran compasión,
me entrego a tus amorosos cuidados, a tu protección, 
crea en mi un corazón limpio y borra de mí toda maldad,
perdona mis pecados, en especial los ocultos y desconocidos.

Permite que se encienda tu Luz en mi y dame amparo, 
cierra las puertas que necesitan ser cerradas 
y abre las que precisan estar abiertas 
para que mi vida avance por las sendas rectas sin errar. 

Permite que la dulce Virgen María, nuestra amada Madre, 
 con su cándido abrazo maternal inunde todo mi ser 
para que nunca me falten sus compasivos cuidados 
y permite que tu Ejercito angelical sea quien me vigile,
me traigan paz y velen por mí cuando duermo 
y me defiendan y auxilien mientras permanezco en vela. 

ORACIÓN DE PROTECCIÓN 

Señor Jesús, líberame de todo mal contraído,   
Tu que viniste a mundo para sanar nuestras heridas
 lava y cura toda maldición que haya podido recaer sobre mí, 
sobre mi familia y sobre mi generación, 
por los pecados de nuestros parientes y antepasados. 

En Tu nombre Jesús y por la gracia de Dios,

con el poder de tu Sangre y de tus gloriosas Llagas 
y con la fortaleza del Arbol Sagrado, tu Santa Cruz, 

con el poder beatifico  de la Santísima Trinidad;

y por los dones y frutos del Espíritu Santo,

destruyo las fuerzas del mal y sus consecuencias, 
yo ....... quebranto y diluyo cada maldición, embrujo,

hechizo, conjuro, mala influencia o cadena espiritual,

así como cada enfermedad de cuerpo, espíritu y mente, 
que haya sido vertida sobre mí, sobre las personas que amo,

sobre mis pertenencias, mis bienes, mi trabajo (o negocio),
que pueda hacerme daño y causarme perjuicio en mi vida,

por los pecados o errores de mis generaciones pasadas. 

Oh Jesucristo mío, por el poder de tus Palabras, 
lava y purifica todo mi ser, de cabeza a pies, 
y que esta limpieza llegue a toda mi familia, 
a todos ellos, donde quiera que se encuentren

y te pido Nuestro Señor Jesús que pongas una barrera 

que impida que los delitos cometidos por mis antepasados

me puedan afectar a mi o a mi futura descendencia. 

Ahora se que que solo la Palabra de Dios puede alumbrarme

y que no soy culpable de las acciones de mis antepasados 
por ello rompo las cadenas y el vinculo entre mi persona

y las generaciones que hayan obrado mal en el pasado. 

A través de la Sangre Preciosa de Jesús,

la cual suplico descienda sobre nosotros,

nos impregne, nos rodee y nos aísle, de tal modo, 
que nada sea motivo de nuestro padecer, 

pido que que sea ahuyentado lejos de nosotros

a todo espíritu inmundo que quiera perturbarnos

a toda fuerza o influencia que tenga origen en ellos. 

Haz que lavados con tu Preciosísima Sangre 
quedemos limpios y en nosotros solo haya espacio para la luz,

la verdad, la justicia y la paz que Tu con bondad nos das. 

Gracias Jesús por tu Sangre vertida y por tu Vida Redentora

gracias por acudir a mí cuando clamo al Cielo. 

Yo me entrego a Ti, me fortalezco con tu poder, 

y recibo con respeto y reverencia, con veneración, 

tu verdadero sellamiento, tu cubrimiento y protección, 
con afecto te pido no te vayas de mi lado 
quédate en mi y en hogar y sé el dueño de nuestras vidas. 

Oh Madre Santísima, extiende sobre nosotros tu bendición, 
cubre con tu Santo Manto de amor nuestras vidas, 
y por tu gracia, danos virtudes y méritos para no desfallecer;
Santos Arcángeles y Ángeles, cobijadme en vuestras alas, 

y con vuestra espada y escudo sed la defensa que necesito. 
Amén. + 

San Lucas, san Juan, san Marcos y san Mateo, 
los gloriosos cuatro Evangelistas 
con su poder de la Palabra y acción 
nos libren de todo mal, pasado o actual, 
hasta gozar del recreo 
cuando lleguemos a la Patria Celestial 
a medida del deseo. 

Ahora se reza el Credo y la Salve. 

Las oraciones y los rezos tienes que hacerlos tres días seguidos. El primer día la haces tres veces, por la mañana, por la tarde y por la noche. El segundo día la haces por la mañana y por la noche. El tercer día solo por la noche. 

Si quieres o crees que es necesario puedes hacerla otra vez a la semana siguiente y lo haces todo igual, en tres días.