La devoción al Niño Jesús de Praga es sumamente popular. Son millones los fieles que acuden a El para pedirle bienes espirituales, corporales y materiales, sabiendo que El les reconforta, les ayuda y da su bendición.
A través de esta, y de cualquier otra imagen del Niño Dios, se honra la infancia de Jesucristo, sus 12 primeros años de vida en la tierra y El dijo:
"todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".